EX-HACIENDA
DE TEPETITLÁN
Historia.
Siglo XVI. Orígenes y molino de pan
La hacienda de
Tepetitlán tiene su origen en una estancia que con ese nombre tenía Juan de
Burgos y que notablemente agrandada y mejorada por la merced que le otorgó el
Virrey Antonio de Mendoza, con fecha 13 de octubre de 1545, en la que le
concedía una caballería y media en el paraje de Telapaxtepec y un “herido de
Molino de pan” junto al arroyo que pasaba no lejos de aquella estancia.
La más antigua merced de un herido de
molino de pan, de que tengo noticia, fue hecha por el Virrey Antonio de Mendoza
a Juan de Burgos el 13 de octubre de 1545; le concedió establecer el molino de
pan en su hacienda de Tepetitlán y servirse para su funcionamiento de las aguas
del río próximo a la misma hacienda, con la condición de que dentro del espacio
de un año, contado desde la expedición de la merced, debería tener el molino
“moliente y corriente”.
Tal vez Juan de Burgos vendió la estancia de Tepetitlán a Miguel
García de la Vanda, pues este era su dueño en el año de 1595…
En… la hacienda de
Tepetitlán, el primer poblador de la misma fue Miguel García de la Vanda, no sé
desde cuándo, pero ciertamente en el mes de octubre de 1595 ya hay noticias de
que él era su dueño y de que había comprado en la misma región, entre las
tierras de esa hacienda y la de Ocotepec, una estancia a María de Portugal.
Según Salvador Maya
en el testimonio que rindió en el reconocimiento del mayorazgo de Cuevas en
1733… [la
hacienda cambió del propietario García de la Vanda a Fernando de Olmos.
Después, debido a deudas, pasó a manos de su Majestad, de donde la adquirió
Julián Díez de Posadas]
Historia, ya entrando el siglo
XIX. Los Monterde
[Según el mismo testimonio rendido por
Salvador Gómez Maya, el obraje y la hacienda de Tepetitlán fue vendida después
por los hijos de Erazo] a Jerónimo Monterde y su viuda la vendió al hermano de
su esposo, Luis Monterde y Antillón, que era el que la poseía en el año de
1733.
En la época colonial, a fines del
siglo XVIII, esta hacienda pertenecía al Mayorazgo Monterde y Antillón; en la
época siguiente a la independencia de México después de haber pasado por varias
manos, hacia 1850 llegó a las de los Pliego y Pastrana, que al mismo tiempo
eran dueños de la hacienda de Enyege, con la que la unieron, alcanzando ambas
juntas unas cien mil hectáreas. Tepetitlán – Enyege fue una de las pocas
haciendas del municipio que padecían los defectos que se señalan como comunes
de las haciendas mexicanas: ausentismo de los dueños, bajos salarios
completados con otras prestaciones, etcétera.
A principios del siglo XIX Tepetitlán
– Enyege contaba con un gran sistema de riego consistente primordialmente en
una gran presa construida en el río de Tepetitlán – su cortina de mampostería
está ahora bajo las aguas de la moderna presa de Tepetitlán – y 23 kilómetros
de canales con el número necesario de compuertas para distribuir el agua por
las seis mil hectáreas de riego de la hacienda; lo más impresionante de ese
sistema lo constituye la presa citada, el canal de mampostería que corre a
cierta altura de la serranía de Mextepec y el acueducto que, abajo del pueblo
de San Antonio Mextepec, fue construido en 1921 por el ingeniero A. G.
Lascuráin de uno al otro lado del río Tepetitlán.
El capitán George Francis Lyon fue un enviado desde
Inglaterra para reportar las riquezas del nuevo país recién independizado. Al
recorrer en 1826 el camino desde El Oro hacia el sureste, se hospedó en la
hacienda y expresó lo siguiente:
“Llegué a la grande, tipo castillo, Hacienda de
Tepetitlán, donde ni por dinero pude conseguir un poco de comida; pero mis
gentes se escurrieron en la cocina de las damas que poseen la propiedad, y
obtuvieron una pequeña pieza de carne para un hambriento caballero. Nos acomodamos
en dos pequeños cuartos construidos contra el muro de la hacienda y
dignificados con el nombre de mesón”.
La producción de las tierras de riego,
cuando se sembraban de trigo, llegaba a alcanzar la cantidad de once mil
cargas, que se exportaban para los molinos de México y Toluca, y cuando se
sembraban de maíz, a nueve mil quinientas cargas; en ambos casos, se producía
también cebada que anualmente alcanzaba cerca de las 450 cargas y se destinaba
para la pastura de los animales de la hacienda. Esta tenía, además, 80 mil
hectáreas de llanos para el pastoreo, con unas nueve mil cabezas de ganado
bovino y diez mil de ovino, cuyo destino era principalmente los corrales de
México; cinco mil hectáreas eran de bosque y el resto estaba repartido entre tierras
no cultivables, de reserva y para las cuadrillas.
Arquitectura
La ex-hacienda de Dolores Hidalgo Tepetitlán cuenta con
una capilla doméstica, inusual por sus grandes proporciones y dimensiones.
La época porfiriana nos legó buenas
muestras de arquitectura en las haciendas de Tepetitlán, Purísima [Ya
desapareció] y Providencia, principalmente. En Tepetitlán está, aunque ahora
sumergida bajo las aguas de una nueva presa, la Presa de la Toma, cuyo
ingeniero fue probablemente el mismo del acueducto que adelante cito, estaba
hecha de piedra y mezcla, tenía sobre la cortina un corredor por el que se
podía pasar en coche y tal vez hasta en camión de volteo. El corredor estaba
delimitado por dos antepechos, que tenían en sus extremos cuatro obeliscos, uno
en cada extremo, colocados en sendas bases; el antepecho de enfrente tenía por
el lado exterior una especie de matacán; a la mitad del antepecho posterior se
levantaba el muro de enfrente de la torrecilla que, metida hacia la parte interior
de la presa, alojaba la maquinaria con que se manejaba la compuerta. Al que
veía desde abajo este conjunto le parecía estar delante de un castillo o
fortaleza medieval. Formando parte del mismo sistema de riego al que pertenecía
la presa, estaba y aún subsiste un acueducto de cinco ojos con seis estribos y
con esta inscripción; Septiembre 1921 ING. A. G. Lascuráin.
Uso actual
“La Misión Mazahua es una
misión evangélica con un ministerio integral entre el pueblo Mazahua de México.
La oficina central de la Misión Mazahua se
localiza en una auténtica ex-hacienda con más de 275 años de antigüedad. La
ex-hacienda también provee servicios de campamentos cristianos y puede alojar
hasta 350 camperos con dormitorios, cocina y comedores, salas de conferencia,
áreas para recreación, etc. Los ingresos del campamento ayudan a sostener los
ministerios de Misión Mazahua.
La misión se fundó por Norberto y Lisa Cortés,
Norberto es el director general, y es gobernada por un consejo de
administración mexicano, del cual el presidente es el Dr. José Alcántara Mejia.
La ex-hacienda de Tepetitlán
(Misión Mazahua) está sobre la carretera Ixtlahuaca-San Felipe en el kilómetro
23 entre los pueblos Emilio Portes Gil y Dolores Hidalgo. Es muy fácil llegar
aunque la carretera está llena de topes (son más o menos 22 topes entre
Ixtlahuaca y la misión)” Información de http://home.woh.rr.com Misión Mazahua
La ex hacienda también contaba con 900 cabezas de ganado
mayor como bueyes, mulas y yeguas, y 2,000 cabezas de ganado menor como ovejas
y cabras, alimentadas con hierba que crecía en las tierras menos fértiles.
Dentro del municipio de Jocotitlán, era la que contaba con mayor número de
cabezas de ganado; y en relación a todo el distrito de Ixtlahuaca, ocupaba el
segundo lugar, ya que el primero lo tenía la ex hacienda de Tepetitlán, en el
municipio de San Felipe del Progreso, con 2,455 cabezas de ganado mayor y 2,506
de ganado menor.
La actividad ganadera fue la que perduró más tiempo en la
ex hacienda; su objetivo era la cría, reproducción y explotación de ganado para
lidia. En 1938, contaba con 695 cabezas de ganado vacuno y 28 cabezas de equino.
Las tierras de la ex hacienda se regaban con aguas de
manantiales que nacían al pie de la montaña de Jocotitlán, los cuales formaban
parte de los afluentes que daban vida al río Lerma, y de un ojo de agua
localizado en su propio territorio… En 1941, cuando la mayor parte de la ex
hacienda era un negocio ganadero, solamente se proveía de un pequeño manantial
situado en el potrero de La Cañada, del que extraían el agua necesaria para
abastecer únicamente a los animales. A partir de este momento la producción
agrícola dejó de ser una actividad preponderante en Pastejé, debido a la
escasez del líquido.
Para 1951 ya operaba legalmente como Ganadería Pastejé,
S. de R.L. Su rumbo se consolidó en la década de los 60, su evolución fue más
profunda, indicando el camino hacia la transformación del medio rural, con la
fundación de la Unidad Industrial Pastejé bajo la dirección de Alejo Peralta y
Díaz Ceballos.
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