viernes, 31 de mayo de 2013

EX-HACIENDA DE TEPETITLÁN

EX-HACIENDA DE TEPETITLÁN


Historia. Siglo XVI. Orígenes y molino de pan

La hacienda de Tepetitlán tiene su origen en una estancia que con ese nombre tenía Juan de Burgos y que notablemente agrandada y mejorada por la merced que le otorgó el Virrey Antonio de Mendoza, con fecha 13 de octubre de 1545, en la que le concedía una caballería y media en el paraje de Telapaxtepec y un “herido de Molino de pan” junto al arroyo que pasaba no lejos de aquella estancia.

La más antigua merced de un herido de molino de pan, de que tengo noticia, fue hecha por el Virrey Antonio de Mendoza a Juan de Burgos el 13 de octubre de 1545; le concedió establecer el molino de pan en su hacienda de Tepetitlán y servirse para su funcionamiento de las aguas del río próximo a la misma hacienda, con la condición de que dentro del espacio de un año, contado desde la expedición de la merced, debería tener el molino “moliente y corriente”. 

Tal vez Juan de Burgos  vendió la estancia de Tepetitlán a Miguel García de la Vanda, pues este era su dueño en el año de 1595… 

En… la hacienda de Tepetitlán, el primer poblador de la misma fue Miguel García de la Vanda, no sé desde cuándo, pero ciertamente en el mes de octubre de 1595 ya hay noticias de que él era su dueño y de que había comprado en la misma región, entre las tierras de esa hacienda y la de Ocotepec, una estancia a María de Portugal. 

Según Salvador Maya en el testimonio que rindió en el reconocimiento del mayorazgo de Cuevas en 1733… [la hacienda cambió del propietario García de la Vanda a Fernando de Olmos. Después, debido a deudas, pasó a manos de su Majestad, de donde la adquirió Julián Díez de Posadas]

Historia, ya entrando el siglo XIX. Los Monterde

[Según el mismo testimonio rendido por Salvador Gómez Maya, el obraje y la hacienda de Tepetitlán fue vendida después por los hijos de Erazo] a Jerónimo Monterde y su viuda la vendió al hermano de su esposo, Luis Monterde y Antillón, que era el que la poseía en el año de 1733.

En la época colonial, a fines del siglo XVIII, esta hacienda pertenecía al Mayorazgo Monterde y Antillón; en la época siguiente a la independencia de México después de haber pasado por varias manos, hacia 1850 llegó a las de los Pliego y Pastrana, que al mismo tiempo eran dueños de la hacienda de Enyege, con la que la unieron, alcanzando ambas juntas unas cien mil hectáreas. Tepetitlán – Enyege fue una de las pocas haciendas del municipio que padecían los defectos que se señalan como comunes de las haciendas mexicanas: ausentismo de los dueños, bajos salarios completados con otras prestaciones, etcétera. 

A principios del siglo XIX Tepetitlán – Enyege contaba con un gran sistema de riego consistente primordialmente en una gran presa construida en el río de Tepetitlán – su cortina de mampostería está ahora bajo las aguas de la moderna presa de Tepetitlán – y 23 kilómetros de canales con el número necesario de compuertas para distribuir el agua por las seis mil hectáreas de riego de la hacienda; lo más impresionante de ese sistema lo constituye la presa citada, el canal de mampostería que corre a cierta altura de la serranía de Mextepec y el acueducto que, abajo del pueblo de San Antonio Mextepec, fue construido en 1921 por el ingeniero A. G. Lascuráin de uno al otro lado del río Tepetitlán. 

El capitán George Francis Lyon fue un enviado desde Inglaterra para reportar las riquezas del nuevo país recién independizado. Al recorrer en 1826 el camino desde El Oro hacia el sureste, se hospedó en la hacienda y expresó lo siguiente:

“Llegué a la grande, tipo castillo, Hacienda de Tepetitlán, donde ni por dinero pude conseguir un poco de comida; pero mis gentes se escurrieron en la cocina de las damas que poseen la propiedad, y obtuvieron una pequeña pieza de carne para un hambriento caballero. Nos acomodamos en dos pequeños cuartos construidos contra el muro de la hacienda y dignificados con el nombre de mesón”. 

La producción de las tierras de riego, cuando se sembraban de trigo, llegaba a alcanzar la cantidad de once mil cargas, que se exportaban para los molinos de México y Toluca, y cuando se sembraban de maíz, a nueve mil quinientas cargas; en ambos casos, se producía también cebada que anualmente alcanzaba cerca de las 450 cargas y se destinaba para la pastura de los animales de la hacienda. Esta tenía, además, 80 mil hectáreas de llanos para el pastoreo, con unas nueve mil cabezas de ganado bovino y diez mil de ovino, cuyo destino era principalmente los corrales de México; cinco mil hectáreas eran de bosque y el resto estaba repartido entre tierras no cultivables, de reserva y para las cuadrillas. 

Arquitectura

La ex-hacienda de Dolores Hidalgo Tepetitlán cuenta con una capilla doméstica, inusual por sus grandes proporciones y dimensiones. 

La época porfiriana nos legó buenas muestras de arquitectura en las haciendas de Tepetitlán, Purísima [Ya desapareció] y Providencia, principalmente. En Tepetitlán está, aunque ahora sumergida bajo las aguas de una nueva presa, la Presa de la Toma, cuyo ingeniero fue probablemente el mismo del acueducto que adelante cito, estaba hecha de piedra y mezcla, tenía sobre la cortina un corredor por el que se podía pasar en coche y tal vez hasta en camión de volteo. El corredor estaba delimitado por dos antepechos, que tenían en sus extremos cuatro obeliscos, uno en cada extremo, colocados en sendas bases; el antepecho de enfrente tenía por el lado exterior una especie de matacán; a la mitad del antepecho posterior se levantaba el muro de enfrente de la torrecilla que, metida hacia la parte interior de la presa, alojaba la maquinaria con que se manejaba la compuerta. Al que veía desde abajo este conjunto le parecía estar delante de un castillo o fortaleza medieval. Formando parte del mismo sistema de riego al que pertenecía la presa, estaba y aún subsiste un acueducto de cinco ojos con seis estribos y con esta inscripción; Septiembre 1921 ING. A. G. Lascuráin. 

Uso actual

“La Misión Mazahua es una misión evangélica con un ministerio integral entre el pueblo Mazahua de México.
La oficina central de la Misión Mazahua se localiza en una auténtica ex-hacienda con más de 275 años de antigüedad. La ex-hacienda también provee servicios de campamentos cristianos y puede alojar hasta 350 camperos con dormitorios, cocina y comedores, salas de conferencia, áreas para recreación, etc. Los ingresos del campamento ayudan a sostener los ministerios de Misión Mazahua.
La misión se fundó por Norberto y Lisa Cortés, Norberto es el director general, y es gobernada por un consejo de administración mexicano, del cual el presidente es el Dr. José Alcántara Mejia.
La ex-hacienda de Tepetitlán (Misión Mazahua) está sobre la carretera Ixtlahuaca-San Felipe en el kilómetro 23 entre los pueblos Emilio Portes Gil y Dolores Hidalgo. Es muy fácil llegar aunque la carretera está llena de topes (son más o menos 22 topes entre Ixtlahuaca y la misión)” Información de http://home.woh.rr.com Misión Mazahua

La ex hacienda también contaba con 900 cabezas de ganado mayor como bueyes, mulas y yeguas, y 2,000 cabezas de ganado menor como ovejas y cabras, alimentadas con hierba que crecía en las tierras menos fértiles. Dentro del municipio de Jocotitlán, era la que contaba con mayor número de cabezas de ganado; y en relación a todo el distrito de Ixtlahuaca, ocupaba el segundo lugar, ya que el primero lo tenía la ex hacienda de Tepetitlán, en el municipio de San Felipe del Progreso, con 2,455 cabezas de ganado mayor y 2,506 de ganado menor. 

La actividad ganadera fue la que perduró más tiempo en la ex hacienda; su objetivo era la cría, reproducción y explotación de ganado para lidia. En 1938, contaba con 695 cabezas de ganado vacuno y 28 cabezas de equino. 

Las tierras de la ex hacienda se regaban con aguas de manantiales que nacían al pie de la montaña de Jocotitlán, los cuales formaban parte de los afluentes que daban vida al río Lerma, y de un ojo de agua localizado en su propio territorio… En 1941, cuando la mayor parte de la ex hacienda era un negocio ganadero, solamente se proveía de un pequeño manantial situado en el potrero de La Cañada, del que extraían el agua necesaria para abastecer únicamente a los animales. A partir de este momento la producción agrícola dejó de ser una actividad preponderante en Pastejé, debido a la escasez del líquido. 

Para 1951 ya operaba legalmente como Ganadería Pastejé, S. de R.L. Su rumbo se consolidó en la década de los 60, su evolución fue más profunda, indicando el camino hacia la transformación del medio rural, con la fundación de la Unidad Industrial Pastejé bajo la dirección de Alejo Peralta y Díaz Ceballos.


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